El desierto, tranquilo y aparentemente vacío durante el día, cobra vida por la noche. Alrededor de Dar Tawarta, la noche es perfecta para observar la fascinante fauna nocturna. Cuando el sol se pone y el calor disminuye, criaturas esquivas como los zorros del desierto, las jerboas y los búhos comienzan su exploración. Estos animales, invisibles durante el día, dejan sutiles huellas en la arena.
Observar a estas criaturas es una aventura sensorial. Cada sonido, cada movimiento en la oscuridad, abre una ventana a un mundo oculto. Los animales nocturnos han desarrollado estrategias únicas para sobrevivir en este entorno hostil, evitando el calor del día y aprovechando la frescura de la noche. En Dar Tawarta, los visitantes pueden sumergirse en este fascinante universo, ya sea mediante caminatas nocturnas o simplemente escuchando los sonidos de la naturaleza desde la terraza.
Al contemplar esta fauna, te das cuenta de que el desierto no es solo un espacio vacío, sino un ecosistema complejo e interconectado. La vida, aunque discreta, está en todas partes. Estos momentos de descubrimiento suelen vivirse como experiencias mágicas, donde te sientes en armonía con la naturaleza. Es en esta serenidad nocturna que Dar Tawarta revela uno de sus aspectos más mágicos.